Artículo en la Opinión del dia 12 de diciembre del 2011

Un año de horas compartidas

El banco del tiempo de Zamora celebra su primer aniversario con un mercadillo de trueque para que los más pequeños aprendan el valor de la solidaridad

Un grupo de integrantes del banco del tiempo, en una de sus excursiones por la capital.
 Foto cedida por el Banco del Tiempo

B. BLANCO GARCÍA «Las expectativas se han cumplido, y además con creces». Así resume Teresa Fuentes el primer año de vida del banco del tiempo en Zamora. Su presidenta valora el número de socios alcanzados, noventa, pero, sobre todo, su implicación y participación, «porque el banco del tiempo lo formamos todos», recuerda Fuentes, quien comenzó a darle vueltas a la posibilidad de formar esta asociación hace años pero que se materializó hace ahora un año.

Un aniversario que quieren celebrar «por todo lo alto», pero siguiendo la filosofía del banco del tiempo, donde el dinero no tiene valor. Así, la fiesta tendrá lugar este miércoles, 14 de diciembre, en la casa de uno de los socios y cada invitado llevará algo de picoteo para compartir. «También habrá alguna que otra sorpresa», adelanta la presidenta.

El mercadillo de trueque infantil es otra de las actividades programadas para festejar este aniversario. «Para ser socio del banco del tiempo es imprescindible tener más de 18 años, pero con esta iniciativa queremos que los más pequeños se impliquen y comiencen a conocer la importancia de compartir y valorar otras cosas», indica. De esta manera, el sábado 17 de diciembre, en el centro cultural que Caja Rural tiene en la calle Condes de Alba y Aliste, de 17.00 a 20.30 horas, los niños podrán intercambiar en esta original propuesta desde juguetes hasta libros y cromos, además de dejar su carta para los Reyes Magos y participar en distintos juegos.

La solidaridad estará presente en este mercadillo también a través de la recogida de tapones de botellas de plástico que se hará para ir destinados a la asociación de parálisis cerebral Sanagua y de la ayuda que se podrá también entregar allí mismo para la protectora de animales de Zamora. «Todo sirve, desde mantas viejas para abrigo de los animales hasta pienso o medicinas, porque están pasando por un mal momento», apunta Fuentes. Tanto de una como de otra asociación habrá representantes para informar de las necesidades que tienen y de las actividades que realizan en la ciudad.

El banco del tiempo en Zamora ha salido adelante tanto por las ganas de su junta directiva, formada solo por mujeres, como por la ayuda de algunas empresas. Es el caso de Cedilla 04 y Asistencia Zamorana, firmas que conocen la labor de este colectivo y que también aportan, desinteresadamente, su granito de arena. «Pedimos poco, ellas nos proporcionan el papel y la posibilidad de hacer fotocopias, algo por lo que estamos muy agradecidos», subraya la presidenta, quien sigue esperando una respuesta del Ayuntamiento tras la reunión que mantuvieron con alguno de sus miembros. «Solo les hicimos propuestas de ayuda de material, no económica», recuerda.

Por el momento, la ayuda del Ayuntamiento se ha traducido en la cesión de una de las oficinas del palacio de La Alhóndiga para realizar los jueves, de 20.00 a 21.00 horas, las entrevistas a los nuevos socios, un gesto que siempre han reconocido desde la asociación. Un horario que se ampliará con una de las nuevas iniciativas del banco, la inclusión de talleres llevados a cabo por algunos miembros. Los primeros en ponerse en marcha serán uno de cuidados personales, con consejos básicos y recetas caseras para sentirse bien, y otro sobre alimentación y colesterol. «La oferta se irá ampliando según las propuestas y las demandas de los socios», apunta Fuentes.

Y es que uno de los pilares básicos para que el banco del tiempo esté funcionando es el buen ambiente que se respira entre los integrantes de la agrupación. A las tareas que se ofrecen y demandan se han unido, casi sin pretenderlo, un sinfín de actividades conjuntas, donde los socios se reúnen para dar un paseo por la ciudad, ir de excursión, ver una película, visitar museos o simplemente charlar. «Lo más sencillo parece ser lo más necesario», comenta Teresa Fuentes. Así, el valle de Vidriales y el tesoro de Arrabalde o Puebla de Sanabria han sido algunos de los destinos elegidos por los socios para disfrutar de un día todos juntos. «Son ellos mismos quienes proponen las actividades conjuntas que quieren hacer», asegura. Esto ha llevado también a que se haya formado un grupo de amigos que quedan todos los fines de semana para dar una vuelta, tomar algo o ir al cine. «Así, se cumple en cierta manera con la demanda de tener compañía o una conversación, algo que también solicitaban los socios». De todo ellos dan buena cuenta en su blog (bancodeltiempozamora.blogspot.com), donde también se informa de los pasos que hay que dar para formar parte de esta agrupación.

Doce meses donde se han cumplido los sueños de muchos, entre ellos el de su presidenta, Teresa Fuentes, que llevaba acariciando esta iniciativa largo tiempo. Ahora, le queda un último deseo: llegar a los cien afiliados antes de que termine el año.