El pasado viernes 21, el grupo del Banco del Tiempo de Zamora se encaminó hacia el otro lado de la ciudad, compartiendo ese corto viaje sobre el padre Duero, en el siempre presente puente de piedra... compartimos saberes, y el refigerio supo a gloria.... tierra, pájaros... árboles... con la complicidad del agua que en su camino tantos olvidos y esperanzas se lleva.... dejandonos, a cambio el inacesible reflejo de sus murallas, su catedral, sus aceñas... como si un morir y renacer de luces fuera su único proposito.... una tarde distinta, en el recuerdo del dar y tomar de la vida.... de cada momento.
Laura
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